Como ya he dicho antes, si tantas ganas tiene de estar fuera y si va a ser mas un estorbo que una ayuda pues se le hace una despedida y mejor que se vaya.
Era una mañana normal en el instituto, yo era un chico timido, del FC Barcelona. Un alumno nuevo llegaba a nuestra clase, yo no presté mucha atención, pero de repente un chico alto y fuerte se levantaba de su asiento y se puso en frente de todos los compañeros. Me llamo Merengote, dijo con una voz grave y masculina. Yo me quedé petrificado, mi vello se puso de punta al verle, mis dedos se erizaron al oir su profunda y sensual voz. Es esto a los que los demás llaman "amor a primera vista".
Los días iban pasando y Merengote se hizo muy popular en el instituto, experto en fútbol, su carisma era capaz de transformar mis sentimientos por el blaugrana al blanco nuclear que muestra tan orgulloso el Real Madrid. A menudo me hablaba de fútbol y como llegó a ser administrador de una página tan exclusiva y famosa en el mundo entero como Memedeportes. Yo escuchaba atónito a su retórica y su humor inteligente y refinado, tan divertido que sentía dolor en mi costado.
Un día me pidió que fuera a su casa a ver al Real Madrid jugar con el todopoderoso Huesca. No pude articular palabra ante semejante petición. Empezé a sudar y solo exclamé un timido "claro". El mostró una mueca de alivio, creo que sospechaba de mis sentimientos por él.
Un día me pidió que fuera a su casa a ver al Real Madrid jugar con el todopoderoso Huesca. No pude articular palabra ante semejante petición. Empezé a sudar y solo exclamé un timido "claro". El mostró una mueca de alivio, creo que sospechaba de mis sentimientos por él.
Era mediodía, una cálida tarde de noviembre, cuando empezé a ver el partido en su lujoso pisito del centro de madrid. El llevaba una camiseta ajustada que dejaba entrever sus poderosos músculos. Yo no podía estar atento ante el baño de superioridad que el gran Real Madrid estaba haciendo al Huesca. Mis ojos solo eran para Merengote. Veía la pasión en sus ojos al ver al mejor equipo del planeta tierra. Lucas Vázquez por el lateral estaba poniendo a Merengote más y más pasional, tanto que del calor se quitó su ajustada camiseta, que era blanca por supuesto, y me miró y dijo "¿te importa?", yo exclamé "¡no! para nada" ligeramente cachondo. De repente vino el gol de benzema y se acercó y me abrazó, tan fuerte que noté cada músculo de su cuerpo. Fue tal el momento que se le escapó un beso. Después me pidió perdón, pero yo se lo devolví. El momento fue de los más caliente, le estaba quitando la ropa como el madrid quitaba champions a los demás grandes de europa. Pude ver a su bicho en todo su explendor, que se erigía como el nuevo Santiago Bernabeu, grande y ancho. Entraba duro como Ramos y Pepe a sus rivales, y acariciaba mi cuerpo como Modric acaricia el balón. La situación se desmadró y acabamos en su cama con sabanas blancas. Me llevó a ella más rápido que Vinicius por la banda. Allí todo terminó como tiene que acabar, con una gran goleada y mi culo tan amplio como el palmarés del mejor club del universo.
Comentarios [4]
5 nov 2020, 16:13
Últimamente es de lo poco bueno que hace...
Como ya he dicho antes, si tantas ganas tiene de estar fuera y si va a ser mas un estorbo que una ayuda pues se le hace una despedida y mejor que se vaya.
5 nov 2020, 16:59
Pasion Blanca. Capitulo 1
Era una mañana normal en el instituto, yo era un chico timido, del FC Barcelona. Un alumno nuevo llegaba a nuestra clase, yo no presté mucha atención, pero de repente un chico alto y fuerte se levantaba de su asiento y se puso en frente de todos los compañeros. Me llamo Merengote, dijo con una voz grave y masculina. Yo me quedé petrificado, mi vello se puso de punta al verle, mis dedos se erizaron al oir su profunda y sensual voz. Es esto a los que los demás llaman "amor a primera vista".
Los días iban pasando y Merengote se hizo muy popular en el instituto, experto en fútbol, su carisma era capaz de transformar mis sentimientos por el blaugrana al blanco nuclear que muestra tan orgulloso el Real Madrid. A menudo me hablaba de fútbol y como llegó a ser administrador de una página tan exclusiva y famosa en el mundo entero como Memedeportes. Yo escuchaba atónito a su retórica y su humor inteligente y refinado, tan divertido que sentía dolor en mi costado.
Un día me pidió que fuera a su casa a ver al Real Madrid jugar con el todopoderoso Huesca. No pude articular palabra ante semejante petición. Empezé a sudar y solo exclamé un timido "claro". El mostró una mueca de alivio, creo que sospechaba de mis sentimientos por él.
5 nov 2020, 16:30
uga uga penaleo uga uga penalty barsa uga uga
por favor, al menos no pongais los mismos carteles una y otra y otra y otra vez
me pregunto como hace merengote para pagar el dominio de la web y moderarla el solo
5 nov 2020, 17:00
Pasion Blanca. Capitulo 2
Un día me pidió que fuera a su casa a ver al Real Madrid jugar con el todopoderoso Huesca. No pude articular palabra ante semejante petición. Empezé a sudar y solo exclamé un timido "claro". El mostró una mueca de alivio, creo que sospechaba de mis sentimientos por él.
Era mediodía, una cálida tarde de noviembre, cuando empezé a ver el partido en su lujoso pisito del centro de madrid. El llevaba una camiseta ajustada que dejaba entrever sus poderosos músculos. Yo no podía estar atento ante el baño de superioridad que el gran Real Madrid estaba haciendo al Huesca. Mis ojos solo eran para Merengote. Veía la pasión en sus ojos al ver al mejor equipo del planeta tierra. Lucas Vázquez por el lateral estaba poniendo a Merengote más y más pasional, tanto que del calor se quitó su ajustada camiseta, que era blanca por supuesto, y me miró y dijo "¿te importa?", yo exclamé "¡no! para nada" ligeramente cachondo. De repente vino el gol de benzema y se acercó y me abrazó, tan fuerte que noté cada músculo de su cuerpo. Fue tal el momento que se le escapó un beso. Después me pidió perdón, pero yo se lo devolví. El momento fue de los más caliente, le estaba quitando la ropa como el madrid quitaba champions a los demás grandes de europa. Pude ver a su bicho en todo su explendor, que se erigía como el nuevo Santiago Bernabeu, grande y ancho. Entraba duro como Ramos y Pepe a sus rivales, y acariciaba mi cuerpo como Modric acaricia el balón. La situación se desmadró y acabamos en su cama con sabanas blancas. Me llevó a ella más rápido que Vinicius por la banda. Allí todo terminó como tiene que acabar, con una gran goleada y mi culo tan amplio como el palmarés del mejor club del universo.
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